En plena campaña para convencer a los argentinos de las bondades de un cambio de dieta que incluya algo más que carne de vacuno, la presidenta Cristina Kirchner, además de hacerse ver comprando merluza y calamares en el mercado, soltó esta frase en un álgido momento de fervor cerdil:
"ES MUCHO MAS GRATIFICANTE COMERSE UN CERDITO A LA PARRILLA QUE TOMAR VIAGRA"
¡Toma, pues claro!
Pero, y ahora viene lo mejor, acto seguido añadió que había comido un cerdito y anduvo todo muy bien el fin de semana.
Sinceramente me está costando entender la capacidad afrodisiaca del gorrino en el plato.
Lo cierto es que la conexión erótico-porcina que propone la presidenta de Argentina resulta cuando menos, algo exótica, por llamarlo de alguna manera.
Por lo que se ve, para que funcione todo a la perfección no tenemos más que preparar una sugerente y excitante cena a base de ... chuletas de cerdo.
Por lo menos con Cristina Kirchner ha funcionado.
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