Pero como el dueño/a carece de eso que se suele llamar "autocontrol" y está muy orgulloso/a de su creatividad artística y de su talento a la hora de transformar a su perro en un monumento andante al kitsch más alucinógeno, un buen día decide presentar su obra maestra a un concurso de peluquería canina creativa para competir con otros especialistas en vaciar las estanterías de tintes para el pelo de los supermercados.
El resultado de tan impresionante acumulación de "talento" sin freno lo podéis ver a continuación si es que sois capaces de soportarlo, (abstenerse personas especialmente sensibles o con un mínimo de buen gusto).
Los adjetivos van a gusto de cada uno porque los que a mí se me ocurren es mejor que no los publique.
Sinceramente, si yo fuera perro me fugaba de inmediato de esa casa.
Y luego dirán que los quieren mucho.
¡ ¿PERO ESTO QUE ES?! |
¿Y ESTO? |
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