sábado, 14 de marzo de 2009

ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE INNISFREE SOBRE "EL CAMELLO"

Hace aproximadamente dos años, la fundación “Eduvigis Carthwright“ encargó a la prestigiosa universidad de Innisfree un estudio en profundidad acerca del camello y/u/o dromedario con el fin de mostrar, de forma definitiva, la verdadera imagen de un animal por el que dicha fundación tiene un especial respeto desde que su fundadora, Eduvigis Carthwritgh realizó un viaje a Lanzarote y vivió una experiencia mística, como ella la denominaba, a lomos de un dromedario. Todavía está por resolver si las extraordinarias alucinaciones que experimentó entonces Eduvigis Carthwritght fueron debidas al contacto directo con el animal, a los pinzamientos en las cervicales que le produjo el paseo, o al exceso de consumo de moscatel del que, después del viaje, la señora Carthwright fue una ferviente admiradora y consumidora.

El estudio sobre el camello y/u/o dromedario, resultó de una dificultad abrumadora, haciendo que el equipo de investigación tuviera que resolver no pocos contratiempos, sobre todo presupuestarios, en su labor por los distintos lugares del planeta donde parece ser están localizadas las mayores colonias de camellos en libertad , (Las Vegas, Ibiza, Rio de Janeiro, Costa del Sol, Tailandia, etc.). Pero la determinación, sobre todo dineraria, de la fundación, así como la inquebrantable rigurosidad científica de los miembros de la universidad de Innisfree, consiguieron llevar a buen término este magnífico trabajo de tres folios y medio.

Seguidamente pasamos a transcribir algunos fragmentos de la primera parte de dicho trabajo, a fin de que sean ustedes mismos los que comprueben la minuciosa tarea científica llevada a cabo por este magnífico equipo de treinta y dos investigadores:

- “Todos tendríamos que tomar buen ejemplo del camello…, sí del camello. Bueno, camello y/u/o dromedario según los gustos de cada cual, según el desierto que estemos pateando en ese momento o según lo tiquismiquis que sea cada uno con el lenguaje.
Este sufrido viajero del desierto, no sólo es un incansable caminante (digo yo que en algún momento se cansará, vamos), sino que es capaz de soportar largos trayectos bajo el sol sin probar una sola gota de agua y con una sonrisa en la boca. Los camellos, que tienen una injusta fama de huraños, son en realidad, alegres y dicharracheros. El problema quizá estriba en que los humanos no acabamos de entender del todo el humor camellil. Lo cierto es que gustan mucho de contar chascarrillos, sobre todo de jorobados y gangosos; estos últimos, dada la especial morfología de su boca, se les suele dar francamente bien. Amenizan también los viajes por el desierto con alegres cancioncillas tales como: “la cabra”, “el señor beduino acelere, acelere, acelere”,”que buenos son los imanes sunitas, que buenos son que nos llevan de excursión”, “Susanita tiene un escorpión”, y sobre todo su favorita “aquí no hay playa”.

Si durante el viaje, los camellos y/u/o dromedarios no prueban ni una sola gota, en los descansos beben como esponjas, reuniéndose con otros camellos y/u/o dromedarios en animadas fiestas dromedarias donde pasan horas y horas bailando compulsivamente “Ahmecito, el chocolatero”, y dando cabezazos hasta bien entrada la madrugada. Tenemos indicios que nos hacen sospechar que posiblememte sea ese baile el causante de la característica joroba de estos animales. De hecho, hemos constatado científicamente que en Asia, donde la afición a esta danza es mayor, los camellos tienen hasta dos jorobas." -

¡Impresionante!




A punto de empezar a bailar "ahmeito, el chocolatero"






En las fiestas los camellos se dejan llevar por todo tipo de excesos.
























Fuente : "The Eduvigis Carthwright Foundation"

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