Cuando uno ve por primera vez las imágenes de los cuadros de Juan Francisco Casas, lo primero que llama la atención no es el hiperrealismo de sus obras sino el color con el que están pintadas. Todas las obras están realizadas en el mismo tono de color azul sobre un fondo blanco. Después, una vez nos hemos acostumbrado a la monotonía tonal, es cuando descubrimos el alto grado de realismo de las obras. Las imágenes, copiadas minuciosamente de fotografías domésticas, suelen mostrar a gente que mira a la cámara de forma espontánea y provocadora. Como hacemos todos cuando algún conocido nos hace una foto.
Lo verdaderamente sorprendente de los cuadros de Juan Francisco Casas es el hecho de que todos están pintados con bolígrafo BIC. Unica y exclusivamente con un boli de color azul. Bueno, no con uno, sino con varios, porque parece ser que para pintar cada cuadro gasta unos cuantos.
Con estos planteamientos tan sencillos Juan Francisco Casas eleva a la categoría de arte el uso del bolígrafo. Mientras, los demás nos tenemos que conformar con hacer garabatos en un papel mientras hablamos por teléfono.
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